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Eligiendo gobernantes con sabiduría

  • Neumaradio.com
  • 4 sept 2016
  • 3 Min. de lectura

Es importante aprender a elegir autoridades y trabajar arduamente una vez que éste asuma el cargo, sea la persona por la que votamos o no. Es fácil comprometerse con quien simpatizamos, pero nuestra obligación es tener compromiso con nuestra nación, sin importar quién resulte electo. Eso es más difícil pero es nuestro deber.

Sucede muchas veces que al tomar el cargo el nuevo presidente o personas en autoridad, algunos “empiezan a tirarle al palo para ver si se le cae algo”, es decir que lo atacan para encontrarle debilidades y destruirlo cuando debieran colaborar. La Biblia es un libro de gobierno que nos habla sobre la forma apropiada de asumir autoridad en nuestra vida. Todos gobernamos y tomamos decisiones diariamente, así que podemos fundamentar nuestra decisión para elegir autoridades, evaluando cómo han gobernado su vida. Para saber qué harán en el futuro, podemos analizar su pasado y considerar su proceder. Si no han podido gobernar su vida, seguro no serán capaces de gobernar un país. Dios es el gobernante supremo y nos delegó la capacidad de sojuzgar la tierra. Además nos manda orar por nuestros gobernantes para que vivamos quieta y reposadamente. Abre los ojos y evalúa las opciones objetivamente, pidiendo sabiduría a la suprema autoridad del Señor.

La historia del pueblo de Israel nos ofrece valiosas lecciones. Lo primero es ver que irónicamente les fue mejor al ser gobernados por reyes extranjeros como Nabucodonosor porque en esa época reciben al promesa de bendición de parte del Señor quien les dice que construyan casas, se establezcan y tengan hijos porque pasarán bastante tiempo en Babilonia. Además, les pidió que oraran por esa ciudad porque de la paz de ese lugar dependía la paz de ellos. Así que debemos orar e interceder por la paz del lugar donde nos encontremos, sea nuestro país de origen o no, ya que dependemos del ambiente positivo o negativo de ese lugar.

Otra lección que aprendemos del pueblo de Israel y sus gobernantes, es el proceso que enfrentaron hasta vivir bajo el gobierno de un buen rey. Al inicio, ellos no tenían reyes sino jueces y profetas, pero pidieron rey porque veían que otros pueblos se gobernaban de esa forma. Entonces Dios les complace y Saúl fue su primer rey, pero no resultó bien porque desobedeció y fue sustituido por David quien obedeció al Señor en todo. Las cosas mejoraron, sin embargo, con David vivieron una época de guerras. Incluso quería construir el templo, pero Dios le dijo que no porque fueron tiempos muy violentos. Y el templo se construyó hasta que Salomón gobernó en paz.

Israel experimentó tres reinados para alcanzar un tiempo de paz, pero ahora, nos desesperamos porque se cumplan todas las medidas a tan solo pocos meses de un nuevo gobierno. Realmente los cambios positivos no pueden suceder de la noche a la mañana porque todo implica un proceso. Quizá lo bueno vendría antes, tal vez los gobernantes tendrían mejores ideas, erradicarían la corrupción y tomarían mejores decisiones si el pueblo doblara sus rodillas e intercediera por ellos, sin importar las tendencias políticas y conveniencias personales. Somos deshonestos delante del trono de Dios si oramos sólo por la persona que nos agrada. Lo justo es comprometerse con el Señor y con el bien de nuestro país, sin importar qué candidato gane las elecciones.

Personas de influencia

Debemos ser personas de influencia positiva, aunque no tengamos cargos publicos dentro del estado. Tomemos el ejemplo de Esther quien halló gracia ante Dios y ante el poderoso rey Asuero quien la hizo su reina y desde ese puesto, fue capaz de interceder por el pueblo y salvarlos de la destrucción. Nehemías es otro buen ejemplo ya que siendo copero de un rey, le ofreció consuelo y recibió gracia para reconstruir los muros de su ciudad. José también nos da una lección como persona de influencia porque siendo esclavo alcanzó un puesto privilegiado con el cual favoreció a su pueblo y a Egipto, salvándolos de morir de hambre. Aprende a influenciar positivamente en tu país, porque desde tu posición, puedes cumplir un buen papel y ser de bendición. Levanta intercesión por el gobernante de turno, aunque no sea la persona por quien votaste. Debes demostrar que tienes fe en el Señor, gobernante supremo de toda la tierra. Confía más en Él que en cualquier otra autoridad.

Fuente: Neumaradio.com

 
 
 

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